Reflexiones cobre el VI Congreso del P.C.C.

Después de años de espera, Raúl Castro lanza la convocatoria al temido VI Congreso del Partido. Digo temido, pues peligrosamente la mal llamada Constitución Socialista de la República de Cuba, designa al Congreso del Partido como la actividad más importante del Estado. Así las cosas, teóricamente esa reunión pudiera dar al traste con las pretensiones de los Hermanos Castros de convertir a Cuba en una Monarquía en la que a la jefatura del estado solo se puede llegar si naces en una cuna con sangre azul.

Resulta intrigante a que se refiere Raúl Castro cuando utiliza la palabra actualizar el sistema socialista cubano. Si recientemente a su hermano Fidel Castro le escapó esa expresión sincera de que el Sistema no funciona, como es que se trata de actualizar una cosa que no funciona y que no ha funcionado en medio siglo en Cuba. Yo estoy acostumbrado a que cuando conecto mi ordenador a internet, cada cierto tiempo Microsoft me anuncia que está disponible una actualización, me la descargo y mi ordenador que funcionaba sigue funcionando mejor o peor, pero sigue funcionando. Pero, yo no me imagino que clase de actualización puede hacer funcionar a algo que no funciona.

Hay una cosa que destacar, los que sean escogidos como delegados a ese Congreso tienen una responsabilidad muy seria, deben ser capaces de defender o traicionar los intereses de los cubanos. Ellos saben que los disidentes cubanos y los presos políticos no son ni la única ni la más importante oposición a la Dictadura. Ellos saben que la oposición más importante a la Dictadura está en los ciudadanos de a pie, que todos los días están viendo que mientras al pueblo se le exigen los mayores sacrificios, los dirigentes y sus familiares no se les limita ni uno solo de sus privilegios. Por medio siglo han sido testigos de que la promoción a los altos cargos de dirección del estado no se ha debido al mérito laboral y profesional de los ciudadanos; sino a ser hijo de un alto dirigente o haber guataqueado considerablemente a uno de esos dirigentes. Esa es la razón de que surgen cuadros que ocupan cargos para los que son incompetentes. Esos cuadros gestionan ineficientemente los recursos de la sociedad, arruinan al país, pero como pertenecen a una casta real siguen en los mismos cargos o son pasados a otros cargos de igual o mayor importancia, donde se les permiten que vuelvan a arruinar al país.

Como algo novedoso de los últimos tiempos, Raúl Castro, argumentando una u otra razón se ha encargado de cargarse a todos los cuadros principales que habían surgido en época de su hermano y de esa forma ha llevado a un grupo de Generales amiguetes a los puestos claves del estado; dejando bien claro que los mayores privilegios son para sus amigos de las Fuerzas Armadas. Para los ciudadanos civiles que sean designados como delegados a ese Congreso debe estar muy claro que sus méritos no cuentan para nada dentro de los Planes de Raúl Castro.

Así las cosas, de aquí a la celebración de ese Congreso, que lo más probable es que no se celebre, la situación económica del país se continuará agudizando. Cientos de miles de trabajadores del estado serán despedidos de sus centros de trabajo y serán lanzados a la calle sin la más mínima indemnización. Pero además son despedidos con el claro conocimiento que el estado que los amamantó durante medio siglo no va a dar ningún paso para la creación de empleos en donde puedan ganarse la vida. Simplemente se les despide, se les da un listado de trabajos por cuenta propia para los cuales pueden pedir una licencia que tendrán que pagar primero. Y antes de preocuparse en que condiciones reales podrán trabajar de esa forma se les lanza un sistema impositivo severo, que además es muy fácil de burlar, pues no habiendo experiencia en la recaudación de impuestos en el país, las declaraciones de la renta de los trabajadores tendrán muy pocas posibilidades de ser verificada. Luego ese paso es otro más que da la Dictadura para aumentar la corrupción en el país.

La situación dramática que confrontan los trabajadores del país al no tener organizaciones sindicales que defiendan sus intereses, sino que se pliegan al gobierno para apoyarlo en sus medidas contra los trabajadores va a agudizar el descontento que en la población ya es muy grande.

La Dictadura tiene la obligación de dialogar con los ciudadanos, está obligada a escuchar a los ciudadanos. Es vergonzoso que la Dictadura continúe ninguneando a los cubanos. Los cubanos tenemos el derecho de diseñar un país en el que todos quepamos. No importa donde vivan los cubanos, si en la isla o en el extranjero. Cuba le pertenece a los cubanos, quiera o no quiera Raúl Castro y sus compinches. Para sacar a Cuba del hueco en que lo ha metido la Dictadura en este medio siglo se necesita la colaboración de todos los cubanos. Antes que convocar a un Congreso del Partido (que no le ha resuelto ningún problema a los cubanos), la Dictadura está obligada a convocar un diálogo entre los cubanos. La Dictadura está en el deber de crear las condiciones para que los cubanos dentro de la isla tengan la posibilidad de expresar sus opiniones con entera libertad. La Dictadura está en el deber de garantizar que los cubanos de la isla puedan recibir información de diferentes fuentes y puedan contrastar su veracidad.

No se puede hablar de democracia de ningún tipo en Cuba si no se le entrega la soberanía a los ciudadanos. Un grupúsculo apoderado del poder no puede sentirse el propietario de la verdad, lanzarla como un dogma a la sociedad y amenazar a los ciudadanos que no estén de acuerdo con su proyecto de traidores mercenarios, por el solo hecho de tener otra opinión no contribuye a la solución del problema cubano.

La Dictadura tiene que entender que los cubanos están desarrollando una Huelga General que tendrá paralizado al país hasta que los ciudadanos no tengan la posibilidad real de trabajando fuerte sacar a su familia adelante, lograr la mejor educación de sus hijos, poder tener unos servicios de salud eficiente cuando estén enfermos y al final de la vida poder contar con una jubilación digna.

Etiquetas: Congreso, Cuba, Derechos Humanos, Transición; democracia